Encontrado y admitido buscando tu cuerpo
cuando cabalgas en los deseos, y los construyes,
existen precauciones en nosotros,
tomando guantes
sin mayores huellas en la cama
que la de los criminalistas
y sin preparar sinopsis del caso
tomo tu pelo
tu, tomas lo que para ti es propio,
nos acusan las investigaciones,
nos señalan como investigadores
y culpables... Y culpamos...
y admitimos...
somos lo que queda de un retazo
un pedazito de amor,
y un pedazito de pasión en la sala penal,
la sala de los casos,
cual elemento extraño, tú y yo
yo te prometo... Que...
cuando encuentre tu cuerpo
gimiendo de placer sobre la cama,
te besare, estaré dentro de ti,
y te enseñare la escena del crimen.
Cristian de Jesús Salaya.
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